Esto puede haber sido causado por:
1. Agregar demasiada agua, lo que hace que la pintura se vuelva suave y grumosa.
2. Almacenar la pintura en lugares cálidos.
Para rectificar esto, intenta:
1. Secar tus pinturas con una trapo de cocina limpio para absorber la mayor parte de la humedad.
2. Guardar las pinturas en una habitación fresca. Hacerlo generalmente vuelve a endurecer la pintura. Si guardas la pintura en lugares cálidos, te recomendamos colocarla dentro de una pequeña bolsa enfriada para evitar que se caliente demasiado.